-¡Espera!- llamó, pero continué mi paso sin tomarlo en cuenta, en mi camino debatía con mi mente el como se atrevía a gritarme y a tratarme peor que un animal. […] Ese día dejé que la rabia me consumiera olvidando que el propósito que tenía en vida era encontrar la voz del joven, no reconociendo que esa persona tenía un parecido a la que mis oídos grabaron con tres años atrás…
Llegué a mi casa muy molesta y lanzando lava por las orejas, mi madre me preguntó que es lo que me había pasado, pero solo me limité a decir «Nada» se que no me creyó pero lo mejor es que no continuó con su interrogatorio…
Pasó aproximadamente una semana en la que nos estuvimos instalando en nuestro nuevo hogar, los muebles ya estaban en su lugar y hacían un juego perfecto con la casa, ya tenía mi colchón lo que más añoraba después de dos noches de conciliar el sueño en un piso duro.
Mi madre a los tres días de nuestra llegada compró un auto, pues consideraba que sería un poco difícil trasladarnos a la escuela donde ella impartiría las clases donde yo sería una estudiante nueva el próximo lunes y ella una profesora.
En la tarde del Domingo estaba ansiosa por una razón, el entrar a un Instituto con experiencias de las que presagié «Inolvidables»
-¡(Tn) ya despierta!- susurró mamá dulcemente en mi oído.
-5 minutos más- propuse adormilada.
-No, es mejor que te levantes- insistió.
-No- contesté como una chiquilla caprichuda.
-¡(Tn) no me hagas ir por el agua fría!- en cuanto terminó de decir esto, mis ojos se abrieron como dos platos, sabia que hablaba enserio, así que no quería obligarla a hacerlo.
-¡Ya desperté!- me levanté lo más rápido que pude e hice lo usual para ir a la escuela, un baño, búsqueda de prendas, una arreglada o «Manita de Gato», desayuno…
Ya en el auto, los nervios me devoraban, ya no estaba segura de asistir al colegio, al entrar al aparcamiento mis nervios engrandecieron al enfrentarse al monumento de amplitud, el Colegio.
Mamá estacionó el auto, dio un suspiro y puso delicadamente las manos sobre el volante con la vista enfrente.
-¡Lista para una nueva experiencia!- sonrió.
-No- respondí con un hilito de voz.
-Pues lo siento pero lista o no vamos a entrar- bajó del auto y tomó sus libros, los cuales serían necesarios para impartir sus clases. -¡Anda!- ordenó.
Mordí mi labio inferior y bajé sin actitud.
Nos adentramos en la grande estructura, caminamos por los pasillos, yo atrás de mamá, mi corazón palpitaba acelerado, miles de estudiantes se encontraban ahí y claro no faltó el imbécil irrespetuoso que no me mandara un beso o me lanzara algún piropo yo solo les volteaba la cara y lo peor es que mi madre se daba cuenta y me lanzaba sus miraditas burlonas, no era un madre normal, esas que defienden, sino una adolescente dentro del cuerpo de una mujer.
Nos penetramos en lo que parecía una oficina donde se encontraba un hombre vestido muy elegante, sentado sobre una silla giratoria.
-Señora Johnson?- preguntó hojeando unos papeles.
-Si, soy yo- respondió mamá.
El hombre se puso de pie y estiró su mano hacia mamá.
-Bienvenida al Instituto Crittenton- mamá estrechó su mano y sonrió.
-Muchas gracias-
-¿Ella debe ser su hija verdad?- dirigió su mirada a mi.
-Así es, ella es (tn)- afirmó.
-Mucho gusto, yo soy el director Evans- se presentó.
-El gusto es mío- contesté al mismo tiempo en que le brindé una sonrisa.
-Permítanme llevarlas a sus respectivas aulas- dijo y se encaminó a la puerta, la abrió y nos dio el paso, no cabía duda, era un caballero, de los que actualmente solo quedan muy pocos.
Nos guió por varios pasillos, que ya estaban vacíos, suponía que las clases habían comenzado.
Después de recorrer la mayoría del colegio llegamos a un salón.
-Bien señorita este es su salón en el que tendrá su primera clase, ya mas tarde le daremos una hoja con sus respectivos horarios- yo solo asentí con una sonrisa fingida pues los nervios no me dejaban actuar como debía, con seguridad y coraje...
Llegué a mi casa muy molesta y lanzando lava por las orejas, mi madre me preguntó que es lo que me había pasado, pero solo me limité a decir «Nada» se que no me creyó pero lo mejor es que no continuó con su interrogatorio…
Pasó aproximadamente una semana en la que nos estuvimos instalando en nuestro nuevo hogar, los muebles ya estaban en su lugar y hacían un juego perfecto con la casa, ya tenía mi colchón lo que más añoraba después de dos noches de conciliar el sueño en un piso duro.
Mi madre a los tres días de nuestra llegada compró un auto, pues consideraba que sería un poco difícil trasladarnos a la escuela donde ella impartiría las clases donde yo sería una estudiante nueva el próximo lunes y ella una profesora.
En la tarde del Domingo estaba ansiosa por una razón, el entrar a un Instituto con experiencias de las que presagié «Inolvidables»
-¡(Tn) ya despierta!- susurró mamá dulcemente en mi oído.
-5 minutos más- propuse adormilada.
-No, es mejor que te levantes- insistió.
-No- contesté como una chiquilla caprichuda.
-¡(Tn) no me hagas ir por el agua fría!- en cuanto terminó de decir esto, mis ojos se abrieron como dos platos, sabia que hablaba enserio, así que no quería obligarla a hacerlo.
-¡Ya desperté!- me levanté lo más rápido que pude e hice lo usual para ir a la escuela, un baño, búsqueda de prendas, una arreglada o «Manita de Gato», desayuno…
Ya en el auto, los nervios me devoraban, ya no estaba segura de asistir al colegio, al entrar al aparcamiento mis nervios engrandecieron al enfrentarse al monumento de amplitud, el Colegio.
Mamá estacionó el auto, dio un suspiro y puso delicadamente las manos sobre el volante con la vista enfrente.
-¡Lista para una nueva experiencia!- sonrió.
-No- respondí con un hilito de voz.
-Pues lo siento pero lista o no vamos a entrar- bajó del auto y tomó sus libros, los cuales serían necesarios para impartir sus clases. -¡Anda!- ordenó.
Mordí mi labio inferior y bajé sin actitud.
Nos adentramos en la grande estructura, caminamos por los pasillos, yo atrás de mamá, mi corazón palpitaba acelerado, miles de estudiantes se encontraban ahí y claro no faltó el imbécil irrespetuoso que no me mandara un beso o me lanzara algún piropo yo solo les volteaba la cara y lo peor es que mi madre se daba cuenta y me lanzaba sus miraditas burlonas, no era un madre normal, esas que defienden, sino una adolescente dentro del cuerpo de una mujer.
Nos penetramos en lo que parecía una oficina donde se encontraba un hombre vestido muy elegante, sentado sobre una silla giratoria.
-Señora Johnson?- preguntó hojeando unos papeles.
-Si, soy yo- respondió mamá.
El hombre se puso de pie y estiró su mano hacia mamá.
-Bienvenida al Instituto Crittenton- mamá estrechó su mano y sonrió.
-Muchas gracias-
-¿Ella debe ser su hija verdad?- dirigió su mirada a mi.
-Así es, ella es (tn)- afirmó.
-Mucho gusto, yo soy el director Evans- se presentó.
-El gusto es mío- contesté al mismo tiempo en que le brindé una sonrisa.
-Permítanme llevarlas a sus respectivas aulas- dijo y se encaminó a la puerta, la abrió y nos dio el paso, no cabía duda, era un caballero, de los que actualmente solo quedan muy pocos.
Nos guió por varios pasillos, que ya estaban vacíos, suponía que las clases habían comenzado.
Después de recorrer la mayoría del colegio llegamos a un salón.
-Bien señorita este es su salón en el que tendrá su primera clase, ya mas tarde le daremos una hoja con sus respectivos horarios- yo solo asentí con una sonrisa fingida pues los nervios no me dejaban actuar como debía, con seguridad y coraje...
2 comentarios:
amo la noveee,esta genial♥
amo las dos nooves!
karlythaz_96@hotmail.com agregame qisiiera platiiqkar qkoontiigoo! :D
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