DA CLIC EN REPRODUCIR

¡Ponle lo que quieras!

Image Hosted by ImageShack.us

MySpace Layouts
MySpaceLayouts

Seguidores

jueves, 6 de agosto de 2009

••Capitulo 83••

—Emm… ¿Por qué me miras así? —inquirí con un escape de nerviosismo en la voz.
—No, no es por nada, solo que me gusta verte nerviosa, como esa vez en casa de Penny cuando…—
—No tienes que mencionarlo —atajé sus palabras, no era que me molestara el momento en que me mostró alguna vez sus ataques de seducción, lo que si era lacerante, era recordar el pasado, porque partiendo de ahí comenzaría a expandirse el abismo de mi pecho con el solo objeto de escudriñar mi pasado y con ello a mi progenitora.
—Bueno… yo pensaba que pasando el tiempo nos reiríamos del pasado —vaciló un lapso de tiempo—. Aunque ese no es el caso, sino el porque estás nerviosa.
— ¿Yo?... Pues… tus miradas tienden a tener significados intimidantes o alegres, o… yo que se, dicen que una mirada dice más que mil palabras ¿no? —
— ¡Oh! —sonrió—. ¿Y qué otras cosas te transmiten mis miradas? —preguntó coqueto con las cejas enarcadas—.
—Joseph… — amonesté—. Solo quiero comer algo, ¿Vienes?
— ¡Claro! Contigo iría hasta el fin del mundo.
Resoplé rodando los ojos.
—Hoy estás galanteando con demasía ¿Sabias? —le recordé simultánea al bajar el último escalón y pisar el suelo del lujoso living, de paredes blanquecinas, cortinas color hueso por las que se filtraba la resplandeciente luz del sol dándole una temperatura cálida al ambiente.
Borneé hasta atravesar la entrada a la impecable cocina, si eso no solo pasara en las animaciones caricaturescas podría lograr que brillara al igual que diamantes por todos los rincones y la indumentaria.
Me percaté de que Joseph se había rezagado en el transcurso al no sentir la emanación deslumbradora de su aura.
Abrí el frigorífico y me incliné inspeccionando su contenido con toda confianza, no petulante con habitar en hogar ajeno sino que aparte siendo una descarada tomando con toda libertad el contenido.
— ¿Qué comerás? —susurró con su pintoresco matiz hipnótico, que por esta vez me alteró.
— ¡¿Siempre tienes que llegar de esa manera?! —le reclamé poniéndome en mi posición original y cerrando de un portazo el frigorífico.
—Okay, no es para que te enojes, pero no siempre tenemos la casa sola.
— ¿Qué? —grité, sabía el peligro que eso traería de haber escuchado bien y no tener tapones en los oídos—. Pero tu madre estaba aquí abajo hace unas horas.
—Lo sé, pero supongo que no te mencionó que haría las compras, mucho antes de que llegaras me aconsejó que ella podría llevarte, con eso de que «Necesita distraerse más», pero pensé que sería mejor que pasáramos tu y yo, aquí…
—Qué cosas se te ocurren —refunfuñe con sarcasmo, pero no me escuchó—. Espera, ¿y tus hermanos, tu padre?
—Bueno Nick salió con unos amigos, Kevin fue de Romeo con su novia, y papá fue a llevar a Frankie a casa de Penny —explicó, al final su anticuada sonrisa se esbozó en las comisuras de sus labios donándole un hueco a su nacarada dentadura.
Cerré los ojos, inhalé y exhalé la mayor parte del bióxido de carbono, el cual compartía con una persona serena…

Mi plato ya estaba ahíto de sopa de fideos, acompañado de tiras de pollo, el fisgar tanto mi comida hacia que la saliva se me trocara agua. Me senté en el comedor, Joseph frente a mí, jugueteando con los dedos. Varios bocados fueron tragados con la sensación perdida, pero ahora retornando del apetito cavernícola.
—Si sigues comiendo así vas a parecerte a una vaca —mofó, su insensato comentario me colmó la paciencia, y le arrojé lo primero en mano, la cuchara, esta solo resonó en su cabeza. — ¡Auch! Salvaje, no se cuantas veces en mi vida tendré que repartírtelo —quejumbró sobándose la cabeza.
— ¡No me digas eso! Primero dices que no quieres una novia flaca y ahora no la quieres gorda, entonces has de querer una modelo ¿A que sí? Pues para tu desilusión yo no lo soy ni lo seré— repliqué frunciendo las cejas en una línea.
—Solo era una broma.
Le refuté con la mirada…

Llevé los trastos al lavadero y con una esponja enjabonada los tallé para enjuagarlos, secarlos con un trapo y acomodarlos en sus respectivos lugares.
—Solo falta una semana para tu cumpleaños —congenió a mis espaldas, provocándome consternación, me viré para encontrar su mirada.
— ¿Cómo sabes tú eso? Jamás te lo he dicho, ni a ti ni a nadie solo mi madre lo sabe —hablar en presente sobre ella me punzaba el pecho, pero no había otra forma más correcta siendo una joven esperanzada, o eso creía tener: esperanza.
—Bueno, el día que fuimos a buscar la foto… tu sabes para la investigación encontré tu acta de nacimiento, y ahí vi la fecha, descubrí que no faltaba mucho para que cumplieras los diecinueve.
—Eso lo explica —dije para mí misma.
—Aunque hubo algo que me dejó dudoso.
Mi atención buscó un lugar en el blanco, sus palabras.
—Sé, por el colegio claro, que eres nacida en Texas… Houston.
—Sí, sí nací en Texas— afirmé.
— ¿Haz visto tu acta alguna vez? —preguntó acrecentando mi incertidumbre, y la verdad era que no, había cosas más interesantes que revisar un papel antiguo.
Negué en un cabeceó.
—Pues es algo raro, por que en ella afianza que eres de Lakewood, Colorado.

0 comentarios:

Pet


pYzam Page Pets
FreeFlashToys Page Pets