-Bien, y ¿A dónde iremos?- interpelé durante la trocha enfilada a un paraje atestado de arboledas, en las que se rezumaba a la selecta luminaria del día.
-Es una sorpresa- rió entre dientes dejando a la perspicacia su rutilante y albina sonrisa.
-No se si lo sabes pero suelo ser muy afanosa e impaciente- chuflé, pero preferible comunicar que era una realidad, la curiosidad me sonsacaba.
-Solo espera, no falta mucho-
Reproduje un visaje divergente y traspuse mis brazos, expresión que le originó gracia a Joseph…
-Llegamos- clamó, justo la palabra que excitó a mi ánimo, avizoré por el cristal acarreando aspaviento.
-U… un parque de diversiones- balbucí.
-Si- afirmó.
-No… tu… tu estas chiflado, es… la primera vez en mi vida que vengo a estos lugares…- se formó un nudo en mi garganta -Me aterran esos monstruos- pronuncié formidable; ojos bien abiertos, dientes agarrotados y músculos estáticos eran resultado al miedo que me zampaba.
-Vamos, no es tan malo- insistió.
-Claro que si es malo, es horrendo, ve la altura de ese espantajo- encañoné con el dátil a la maquinaria de gran cumbre, de la que se precipitaba una persona ¿Cómo podían soportar el aventarse de… 3OO metros y disfrutarlo? ¡Son unos lunáticos!
-Se llama bungee- me corrigió.
-Pues como se llame, ni loca me subo a esa cosa- Esa era mi aversión más ingente: La alturas, Joseph macearía mucho con su pirada doctrina, pero yo no hallaba el compungir a sufrir de esa forma, eso si que era masoquismo.
Carcajeó -No nos subiremos ahí, hay otras más atracciones- retomó.
-No me importa, yo no conozco NINGUNA en la que no se sienta esa sensación de… explotar… a excepción del carrusel- avalé ingenua.
-Si nos subimos al carrusel… ¿Entras?- preguntó en una inflexión de desaire.
-No… no confío en ti- repuse.
-Como quieras- suspiró…
-¡Ash! ¡Te odio! Siempre tienes que hacerme ceder en contra de mi voluntad ¿Verdad?- refunfuñe con un pigmento rojizo en el rostro, y la presta evasión del humeante en mis orejas.
-Si no te cargaba no habría otra forma de discernir tu necedad- se excusó, yo solo lo fulminé con la mirada mientras merodeábamos por el lugar.
Su cabeza doblaba a todas partes con un vistazo extasiado al leviatán nulo a mi atracción pero si a mi pánico.
-¡Ven, entremos a ese!- exclamó con emoción jalando de mi muñeca.
-¡No! Lo único que vas a lograr es que me muera de un infarto- las piernas me cimbreaban.
-No te pasará nada, estás conmigo- dijo galante acompañado a uno de sus semblantes “invictos y atractivos” según el.
-¡Ja! Aún peor- mofé y enarqué una ceja.
No estaba muy a mi alcance el conocer sus estrategias, pero perdí la noción del tiempo cuando ya estaba sentada sobre el carrito de la montaña rusa, aferrada al tubo…
-Es una sorpresa- rió entre dientes dejando a la perspicacia su rutilante y albina sonrisa.
-No se si lo sabes pero suelo ser muy afanosa e impaciente- chuflé, pero preferible comunicar que era una realidad, la curiosidad me sonsacaba.
-Solo espera, no falta mucho-
Reproduje un visaje divergente y traspuse mis brazos, expresión que le originó gracia a Joseph…
-Llegamos- clamó, justo la palabra que excitó a mi ánimo, avizoré por el cristal acarreando aspaviento.
-U… un parque de diversiones- balbucí.
-Si- afirmó.
-No… tu… tu estas chiflado, es… la primera vez en mi vida que vengo a estos lugares…- se formó un nudo en mi garganta -Me aterran esos monstruos- pronuncié formidable; ojos bien abiertos, dientes agarrotados y músculos estáticos eran resultado al miedo que me zampaba.
-Vamos, no es tan malo- insistió.
-Claro que si es malo, es horrendo, ve la altura de ese espantajo- encañoné con el dátil a la maquinaria de gran cumbre, de la que se precipitaba una persona ¿Cómo podían soportar el aventarse de… 3OO metros y disfrutarlo? ¡Son unos lunáticos!
-Se llama bungee- me corrigió.
-Pues como se llame, ni loca me subo a esa cosa- Esa era mi aversión más ingente: La alturas, Joseph macearía mucho con su pirada doctrina, pero yo no hallaba el compungir a sufrir de esa forma, eso si que era masoquismo.
Carcajeó -No nos subiremos ahí, hay otras más atracciones- retomó.
-No me importa, yo no conozco NINGUNA en la que no se sienta esa sensación de… explotar… a excepción del carrusel- avalé ingenua.
-Si nos subimos al carrusel… ¿Entras?- preguntó en una inflexión de desaire.
-No… no confío en ti- repuse.
-Como quieras- suspiró…
-¡Ash! ¡Te odio! Siempre tienes que hacerme ceder en contra de mi voluntad ¿Verdad?- refunfuñe con un pigmento rojizo en el rostro, y la presta evasión del humeante en mis orejas.
-Si no te cargaba no habría otra forma de discernir tu necedad- se excusó, yo solo lo fulminé con la mirada mientras merodeábamos por el lugar.
Su cabeza doblaba a todas partes con un vistazo extasiado al leviatán nulo a mi atracción pero si a mi pánico.
-¡Ven, entremos a ese!- exclamó con emoción jalando de mi muñeca.
-¡No! Lo único que vas a lograr es que me muera de un infarto- las piernas me cimbreaban.
-No te pasará nada, estás conmigo- dijo galante acompañado a uno de sus semblantes “invictos y atractivos” según el.
-¡Ja! Aún peor- mofé y enarqué una ceja.
No estaba muy a mi alcance el conocer sus estrategias, pero perdí la noción del tiempo cuando ya estaba sentada sobre el carrito de la montaña rusa, aferrada al tubo…
2 comentarios:
HoOOOla!!
qi undha ehh...
bnoo qee andes asi bn nice haha i si noo no te aguthes ia pasaara!!
me encantho el cap..buu asta oi lo pude leer[[aunqe fue corto pero esta bn]]
bno quidathe
espero el proximo cap
chaoOOoo
♥♥
DiooosHeermoosooCaapCoomooSieempre
:D
-claaaw(:
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