—Pensé que ya lo sabías —dijo en un suspiro.
— ¿Saber qué?
—Lo que ocurrió, esa misma razón por la que estamos aquí, y también por la que te conmocionaste.
Mis labios se comprimieron, ceñí las cejas y le miré acusativa, definitivamente no estoy comprendiendo, y creo que mi instinto me está clamando con vigor que en lo absoluto, algo estaba mal, que el giro de mi vida estaba loco.
— ¿Conmoción? O sea, ¡Yo no entiendo! ¿Cómo esta eso de la «conmoción»? Dime de una vez por todas ¿Qué es lo que pasa? Dime donde está mi madre —el sonido de un bongó resonó en mi cabeza con un cimbrar estrepitoso al pronunciar la última frase. La respuesta se encontraba ahí.
Mi labio superior comenzó a vibrar, y mis dientes castañetearon, las partículas de aire glacial envolvieron mi cuerpo cambiando bruscamente mi temperatura corporal.
— ¡¿Dónde está?! —rodé la cabeza a cada rincón con una gran bola de emociones fuertes, que a la velocidad de huracán poseían mis neuronas haciéndome reaccionar de forma súbita. — ¡Joe! ¡Dime en donde se encuentra!... Ella… ella… es… —tartamudeé —…está bien, ¿Verdad? —la garganta de Joseph transportó saliva, y tal pareciera que se ahogaba con esta porque sus palabras correteaban por todas partes, menos en su habla—. ¡Contesta! —insté ya con las lágrimas brotando de mis ojos.
Mi intuición, su mirada, su silencio respondían claramente… Ahora en mi lista se sumada otra partida de un ser querido…
No quiero dilucidar los sentimientos que lograron volcarme con gran desenvoltura, no es fácil pasar por un momento así, el enterarse y aún con más dificultad, asimilar que la vida no es para siempre, que el fuego se extingue, que la vela que nos mantenía con la barbilla alzada, con la mirada sobre el presente y el futuro, y con la memoria reviviendo el pasado, —el cual solo es una experiencia al recordarse— se esfuma, dando paso a la desolación…
— ¿Entrarás a ver a tu madre? —preguntó pasando su mano por mis hombros.
—No… no quiero verla así e ilusionarme con que solo está durmiendo, me dolerá, lo sé —respondí con la garganta ardiendo en llanto cohibido, posé las palmas de mis manos sobre mi vestido negro estrujándolo, desquitando con la fuerza mi tormento.
De nuevo el clima concordaba conmigo, en el firmamento, las nubes estaban henchidas de agua, regordetas por su exceso, y pecadoras por su gula al ingerir más de la cuenta. Pronto las gotas del sirimiri incitarían al diluvio.
—Lloverá, y no quiero que te resfríes aquí fuera, te hará daño, a ti y a nuestro pequeño —insistió, pero ¿Por qué no entendía que ese era un ambiente demasiado deprimente? Comprendía que su postura fuera diferente pues él no se encontraba en mi lugar, ¡Qué gran bendición! ¡Qué suerte tenía él! Poseía a una familia valiosa, unida, y con más suerte, la tenía a su lado, con el corazón latiendo, con los pulmones aspirando aire puro, con la mirada expectante al hermoso mundo.
—Estaremos bien, solo… quiero estar un rato aquí, sola, no me ayuda mucho permanecer ahí.
—(Tn) —regañó blanqueando los ojos.
—Enseguida entro ¿Está bien? —le sonreí, eso creo, o más bien fue un intento de sonrisa que solo produjo una mueca.
— ¡Ash! No sé por qué eres tan persuasiva, siempre logras lo que te propones —reclamó, en cambio en mí surgió una especie de arrepentimiento.
—Mmm… si lograra todo lo que me propongo, esto no estaría pasando, ella estuviera aquí, a mi lado, con alegría sabiendo que será abuela, o tal vez, aunque no me importaría, estaría riñéndome por ser una irresponsable en ese asunto, me reclamaría que soy aún una niña para tener un bebe, preferiría eso que esto un millón de veces —ignoré el raudal que rodaba por mi rostro.
¿Quién odia la frase “El hubiera no existe”? ¿A quién le gustaría cambiar el rumbo de sus vidas? ¿A quién le gustaría regresar el tiempo? ¿Quién desearía ser otra persona? Todos, absolutamente todos queremos cambiar el pasado, pero nos lanzan de lo más alto cuando nos desvendan los ojos y nos hacen ver que solo vivimos en sueños…
— ¿Saber qué?
—Lo que ocurrió, esa misma razón por la que estamos aquí, y también por la que te conmocionaste.
Mis labios se comprimieron, ceñí las cejas y le miré acusativa, definitivamente no estoy comprendiendo, y creo que mi instinto me está clamando con vigor que en lo absoluto, algo estaba mal, que el giro de mi vida estaba loco.
— ¿Conmoción? O sea, ¡Yo no entiendo! ¿Cómo esta eso de la «conmoción»? Dime de una vez por todas ¿Qué es lo que pasa? Dime donde está mi madre —el sonido de un bongó resonó en mi cabeza con un cimbrar estrepitoso al pronunciar la última frase. La respuesta se encontraba ahí.
Mi labio superior comenzó a vibrar, y mis dientes castañetearon, las partículas de aire glacial envolvieron mi cuerpo cambiando bruscamente mi temperatura corporal.
— ¡¿Dónde está?! —rodé la cabeza a cada rincón con una gran bola de emociones fuertes, que a la velocidad de huracán poseían mis neuronas haciéndome reaccionar de forma súbita. — ¡Joe! ¡Dime en donde se encuentra!... Ella… ella… es… —tartamudeé —…está bien, ¿Verdad? —la garganta de Joseph transportó saliva, y tal pareciera que se ahogaba con esta porque sus palabras correteaban por todas partes, menos en su habla—. ¡Contesta! —insté ya con las lágrimas brotando de mis ojos.
Mi intuición, su mirada, su silencio respondían claramente… Ahora en mi lista se sumada otra partida de un ser querido…
No quiero dilucidar los sentimientos que lograron volcarme con gran desenvoltura, no es fácil pasar por un momento así, el enterarse y aún con más dificultad, asimilar que la vida no es para siempre, que el fuego se extingue, que la vela que nos mantenía con la barbilla alzada, con la mirada sobre el presente y el futuro, y con la memoria reviviendo el pasado, —el cual solo es una experiencia al recordarse— se esfuma, dando paso a la desolación…
— ¿Entrarás a ver a tu madre? —preguntó pasando su mano por mis hombros.
—No… no quiero verla así e ilusionarme con que solo está durmiendo, me dolerá, lo sé —respondí con la garganta ardiendo en llanto cohibido, posé las palmas de mis manos sobre mi vestido negro estrujándolo, desquitando con la fuerza mi tormento.
De nuevo el clima concordaba conmigo, en el firmamento, las nubes estaban henchidas de agua, regordetas por su exceso, y pecadoras por su gula al ingerir más de la cuenta. Pronto las gotas del sirimiri incitarían al diluvio.
—Lloverá, y no quiero que te resfríes aquí fuera, te hará daño, a ti y a nuestro pequeño —insistió, pero ¿Por qué no entendía que ese era un ambiente demasiado deprimente? Comprendía que su postura fuera diferente pues él no se encontraba en mi lugar, ¡Qué gran bendición! ¡Qué suerte tenía él! Poseía a una familia valiosa, unida, y con más suerte, la tenía a su lado, con el corazón latiendo, con los pulmones aspirando aire puro, con la mirada expectante al hermoso mundo.
—Estaremos bien, solo… quiero estar un rato aquí, sola, no me ayuda mucho permanecer ahí.
—(Tn) —regañó blanqueando los ojos.
—Enseguida entro ¿Está bien? —le sonreí, eso creo, o más bien fue un intento de sonrisa que solo produjo una mueca.
— ¡Ash! No sé por qué eres tan persuasiva, siempre logras lo que te propones —reclamó, en cambio en mí surgió una especie de arrepentimiento.
—Mmm… si lograra todo lo que me propongo, esto no estaría pasando, ella estuviera aquí, a mi lado, con alegría sabiendo que será abuela, o tal vez, aunque no me importaría, estaría riñéndome por ser una irresponsable en ese asunto, me reclamaría que soy aún una niña para tener un bebe, preferiría eso que esto un millón de veces —ignoré el raudal que rodaba por mi rostro.
¿Quién odia la frase “El hubiera no existe”? ¿A quién le gustaría cambiar el rumbo de sus vidas? ¿A quién le gustaría regresar el tiempo? ¿Quién desearía ser otra persona? Todos, absolutamente todos queremos cambiar el pasado, pero nos lanzan de lo más alto cuando nos desvendan los ojos y nos hacen ver que solo vivimos en sueños…
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El final se acerca, aún no lo he pensado, pero ya tengo una idea, ;D haha, perdonen mi tardanza, pero he estado ocupada...
Por favor dejen un comentario, me han tenido muy abandonada, así que pienso que ya nadie lee esto, solo quiero una señal de que siguen ahí, quiero un comentario, una opinión, o tan siquiera un "Aquí estoy" o "Hola" ya si no se puede un "Te odio" haha, pero quiero saber que siguen leyendo esto, que continuan visitando mi blog...